LA RUEDA DE LA VIDA
- Maspro Michoacán A. C.
- 8 oct
- 1 Min. de lectura

Elisabeth Kübler-Ross supo desde muy joven que su misión era la de aliviar el sufrimiento humano y ese compromiso la llevó al cuidado de enfermos terminales.
Mucho fue lo que aprendió de esta experiencia:
Vio que los niños dejaban este mundo confiados y serenos; observo que algunos adultos partían, después de superar la negación y el miedo, sintiéndose liberados, mientras que otros se aferraban a la vida sólo porque aún les quedaba una tarea que concluir, pero todos hallaban consuelo en la expresión de sus sentimientos y en el amor incondicional de quien les prestaba oído.
A Elisabeth no le quedaron dudas:
Morir es tan natural como nacer y crecer, pero el materialismo de nuestra cultura ha convencido este último acto de desarrollo en algo aterrador.
Ahora sintiéndose cercana a su propia muerte tras sesenta y dos años de vida dura e intensa, la autora ha decidido escribir estas memorias para recordar junto a los lectores los pasos importantes que han marcado su trayectoria personal y profesional, desde su infancia en Suiza hasta las cátedras de las mejores universidades americanas.






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